La cara productiva de Ica es reconocida en todo el mundo. La región cuenta con lo mejor de lo mejor en todos los ámbitos de la economía: agricultura, minería, pesca, industria, comercio, turismo, energía, etc.
Ica es una de las regiones de mayor crecimiento económico del país, y la primera en ostentar el envidiable atributo del pleno empleo. Sin embargo, su cara social deja mucho que desear. La salud pública es pésima.
Los centros de salud lucen bien, pero la atención a los enfermos es infame. La mayoría de sus distritos – desde Chincha hasta Marcona – carece de agua potable las 24 horas del día, y ni qué decir de las redes de desagüe. La educación pública está tan mal como la salud. Y la delincuencia campea a diestra y siniestra. El diagnóstico está clarísimo. Ica tiene dos caras contrapuestas: una cara productiva y otra social; una exitosa y la otra fallida.
Por el lado de la infraestructura, Ica necesita una carretera costera de doble vía a lo largo de toda la región, y carreteras secundarias debidamente pavimentadas. Puerto y aeropuerto de Pisco, ambos ampliados y modernizados. Agua y desagüe para los pueblos, y agua para la pujante agricultura iqueña, donde trabajan miles de jóvenes de todo el país.
Sin embargo, aparte de la infraestructura antes mencionada, los iqueños claman por educación, salud y seguridad.
¿Cómo atender estos requerimientos desde Ica si las políticas de educación, salud y seguridad provienen del Gobierno Central? Participando en ellas, visitando constantemente escuelas, puestos de salud y comisarías, y reconociendo a los maestros, médicos y policías destacados. Todo está muy claro: el progreso de Ica depende de estos 4 frentes: (1) infraestructura, (2) educación, (3) salud y (4) seguridad.
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