El Congreso publicó en el Diario Oficial El Peruano la ley que declara al Señor de Luren como patrono de la espiritualidad religiosa católica de la provincia y departamento de Ica y se reconocen su festividad y procesiones.
El Señor de Luren se venera en toda la región Ica y en otras zonas del país. Se le atribuyen milagros como los sobrevivientes que hubo tras el terremoto en la ciudad de Pisco en 2007. Incluso, la iglesia donde se guarda su imagen quedó en escombros, pero su imagen siguió en pie.
Se celebran las novenas desde el primer jueves de octubre hasta el tercer lunes, en donde los fieles hacen su oración y le piden al Señor de Luren por bienes y bendiciones para sus familias. También se realiza la tradicional bajada de la imagen conjuntamente con la procesión por las principales calles de Ica, la que es acompañada por arreglos y alfombras florales, bandas de música y muchos fuegos artificiales.
Esta es una de las festividades del mes de octubre que más se celebran a nivel religioso en Ica, aunque ocurre lo mismo en otras ciudades e incluso algunas del mundo. La imagen del venerado Cristo iqueño también sale en procesión el Viernes Santo.
En octubre del 2015 el viceministerio de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales declaró a la Festividad del Señor de Luren y sus procesiones en Ica como patrimonio cultural de la Nación, por tratarse de una tradición religiosa de gran riqueza simbólica, cuyo culto y devoción se transmiten de generación en generación y son eje de articulación social, así como un referente de identidad cultural para los iqueños.
Historia del Señor de Luren:
La tradición indica que la efigie de Cristo llegó al Perú en 1558 debido a un naufragio de una embarcación proveniente de España. A los sobrevivientes no les quedó otra opción que lanzar al mar las cargas más pesadas. Entre esas cargas se encontraba la actual imagen del Señor de Luren, la cual después de muchos años perdido en el mar, fue varado a la altura del puerto del Callao, para luego ser llevada al convento de San Francisco de Lima donde pasó al olvido.
Existen versiones que indican que el párroco de la Iglesia de los Descalzos, ubicada en el distrito del Rímac, comentaba que no había imágenes en su templo y que estaba interesado en adquirir algunos, entonces al enterarse que se estaban almacenando varias efigies en los almacenes de San Francisco, pidió que se las trajesen de inmediato a su iglesia en Ica.
El traslado de las cajas conteniendo las efigies fue peculiar, ya que se embarcaron hacia Pisco montados en lomo de bestia, el cual se perdió por las inmediaciones de un valle iqueño conocido como Rodamonte. El animal que no quería seguir con su camino hizo que los pobladores encontraran las cajas y avisaran a las autoridades para que las abran y se sepa de su contenido. La sorpresa no pudo ser mayor y el sentir de su corazón no pudo tocarlos tanto cuando de pronto se vieron con la actual imagen del Señor de Luren. El sitio donde encontraron las cajas fue en un paraje desolado llamado Luren donde luego se fundó un hospital para indios y un templo.
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