Con la venta del proyecto Las Bambas por US$5,850 millones al consorcio MMG, cuyo socio principal es la empresa estatal China Minmetals, la inversión china ocupará el 30% del portafolio total de inversiones mineras proyectadas en los próximos años.
La industria minera en China ha tenido serios problemas ambientales y laborales, lo cual ha provocado dudas sobre la capacidad de sus empresas de cumplir con altos estándares globales. Pero las empresas chinas en el exterior tienen la ventaja de poder acceder a mejor financiamiento desde su banca de fomento para invertir en recursos humanos, tecnología de alto nivel y programas de inversión social. Para las nuevas autoridades chinas, además, mejorar la reputación y la eficiencia de sus empresas tiene alta prioridad. ¿Esto se refleja en los nuevos proyectos chinos en el Perú?
Hay al menos 14 empresas mineras chinas operando aquí, principalmente estatales pero también algunas privadas. La mayoría de sus inversiones está concentrada en cobre o hierro y la mayoría está en la fase de exploración o construcción. Veamos la experiencia de algunas de ellas antes de generalizar. En Ica y Junín encontramos las únicas dos minas operativas en manos chinas: Shougang Hierro Perú y Toromocho de Chinalco. Estas representan dos extremos en cuanto a imagen y conducta corporativa.
La trayectoria de Shougang, dueño de Marcona Mining desde 1992, está plagada de conflictos laborales y sociales. No obstante, un estudio reciente de Irwin y Gallagher compara su desempeño con varias otras empresas, incluyendo Antamina, Buenaventura, Doe Run, Volcan y Yanacocha, y concluye que ninguna cumple con los más altos estándares para esta industria, y que la empresa china se ubica en un punto medio. Su conclusión es que las autoridades peruanas han sido laxas en la regulación de todas las empresas en operación en este sector.
En el Perú, Minmetals tiene el 60% de Lumina Copper, operadora del proyecto Galeno en Cajamarca. Según fuentes locales y su propio Informe de sostenibilidad, la empresa mantiene un acuerdo firmado con la comunidad de La Encañada que abarca compromisos ambientales, agropecuarios, empresariales, educativos y de empleo local. Sin embargo, el proyecto está frenado por las protestas de sus vecinos, no contra los chinos sino contra el proyecto Conga de la empresa norteamericana–peruana Yanacocha.
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