Un plan de recuperación de aguas subterráneas en Ica, que incluye la fiscalización de pozos informales y la prohibición de nuevas excavaciones en el departamento sureño para evitar la sobreexplotación de recursos hídricos, presentó la Autoridad Nacional del Agua (ANA).
En Ica operan 1,760 pozos de agua, de los cuales 1,309 funcionan sin licencia oficial. El nivel de informalidad en el uso de agua para fines agrícolas alcanza el 86 por ciento en la zona de Lanchas y el 71 por ciento en la cuenca de Ica.
“La sobreexplotación del acuífero en la región llega a 262%”, advirtió el jefe de la ANA, Hugo Jara Facundo, al explicar que en Ica el nivel de la napa freática cae a una velocidad de 1.5 metros por año, cuando lo natural es que baje a razón de un metro cada diez años.
El descenso de la napa freática y la ausencia de recarga con aguas superficiales tiene un impacto notable en la salinidad, lo cual deteriora la calidad del agua.
“Si el nivel de napa continúa descendiendo a la velocidad actual, en un futuro próximo la producción de los pozos caerá de manera significativa, secándose los más antiguos y poco profundos”, alertó.
El efecto siguiente será la disminución del caudal de los pozos y una mayor salinidad del agua subterránea, por lo cual aumentarán los costos de bombeo y caerá la competitividad de la agroexportación en la zona.
El plan de recuperación de aguas subterráneas fue concertado con el gobierno regional y los municipios de Ica, que financiarán parte de las campañas de información y concientización respecto a la necesidad de proteger los recursos hídricos, añadió Jara Facundo.
En la campaña participarán también instituciones como el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) para fiscalizar a las empresas que proveen electricidad para bombeo a los titulares de pozos formales e informales.
La intención es ordenar el uso de las aguas subterráneas, promover su uso eficiente y sostenible, y garantizar el futuro de la agroexportación, comentó el titular de la ANA.
Por el volumen de sobreexplotación, la situación más difícil es la de Ica. “No es que falte agua en este momento, pero si el descenso de la capa acuífera continúa como hasta hoy, a razón de 1.5 metros por año, eso puede poner en riesgo actividades como la agricultura de exportación en un plazo de cinco años”, advirtió Jara.
Manifestó que incluso la disponibilidad del recurso hídrico para consumo humano podría estar en riesgo en el mediano plazo.
En Lambayeque, la situación es similar a la de Ica, pero en Tacna se ha producido un fenómeno complejo: al empobrecerse las reservas de la napa freática, el agua de mar ingresó a esas cuencas y, en consecuencia, el agua subterránea ahora es altamente salina.
Fuente: ANA
Muy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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