A su paso por Lima los propietarios y artífices del éxito de El Celler de Can Roca, considerado por años el mejor restaurante del mundo, investigaron productos para la cena que ofrecerían en la ciudad. Salido de las bodegas de Ica, llegó a ellos un vino fortificado que hace 15 años no veía la luz pública, y paso a convertirse en uno de los protagonistas del evento.
La mistela, proveniente de la bodega de la familia Orellana Godoy, estaba fuera de circulación así que tuvo que ser embotellada a pedido de Josep Roca para el evento. Este espirituoso es conocido en el valle de Ica como Perfecto Amor y se trata de un vino fortificado de sabor especial.
Los Orellana Godoy son 6 o 7 generaciones que están en la zona norte de Ica y produjeron piscos y mistelas hasta el año 2000. Luego no pudieron seguir en el mercado, pero esperamos que en el 2015 vuelvan gracias a este relanzamiento de su nombre y sus bebidas”, sostiene José Moquillaza, quien llegó a ellos tras investigar en los valles vitivinícolas del sur.
“Me llamó Ignacio Medina y me pidió organizar una cata para presentar piscos de las 5 regiones, de todas las uvas, de todas las formas de destilación para un amigo muy importante que venia de España. Salían como 50 piscos, pero me indicó que teníamos sólo una hora y que venía Josep Roca, el mejor sommelier del mundo. Me sorprendí mucho y procedí a refinar la lista. Quedaron 24 muestras de marcas excelentes y adicionalmente llevé un pisco de veinte años de reposo y una mistela de quince. Josep fue muy claro en indicarme que esa era la joya enológica que él estaba buscando”, relata José Moquillaza, fundador de Antiguas Familias Wines and Spirits.
“En todos los valles donde hay destilados se fortifican los vinos dulces para evitar que fermenten. La diferencia es que siempre pasan por madera y en Ica se usa botija o tanque. Además, en otros valles se utilizan alcohol vínico y en Ica esta mistela se fortifica con pisco, lo que permite que evolucione", señala Moquillaza
Para sacar de nuevo a la luz esta mistela se pensó en inaugurar Antiguas Familias, una marca que nació con la idea de revalorar productos de alta calidad que han sido desplazados por un mercado que favorece las tiradas largas y los bajos precios. Muchas familias productoras no soportaron ese peso y se retiraron de la industria, pero guardaron sus stocks como tesoros en sus hogares.
En esta primera producción se embotellaron 247 botellas y alrededor de 60 fueron usadas en la cena de El Celler de Can Roca en Lima y trasladadas a la cava del restaurante en Gerona, así que el stock que queda es pequeño.
“Antiguas Familias debe abrir un nuevo canal de comercialización para productos de alto valor y escala muy corta. Están las cavas de los grandes restaurantes peruanos en el mundo, los clientes institucionales, pero también creemos que deben surgir ya los coleccionistas de tesoros enológicos, así como existen coleccionistas de arte, porque éstas expresiones van a mejorar con el tiempo y pueden duplicar o triplicar su valor. Esta mistela ha vivido 15 años sin problemas y creo que puede vivir 15 o 20 años más tranquilamente”, afirma Moquillaza.
Luego de este nacimiento por todo lo alto, Antiguas Familias no piensa detenerse y cuenta ya con seis a siete productos de rescate en lista de espera, mientras tanto siguen viajando en busca de más tesoros enológicos por todo el Perú.
Otros dos productos elegidos por Josep Roca para la cena en Lima han dado el salto a su catálogo en Gerona, el pisco Inquebrantable de la familia Moquillaza y el vino Quebrada de Ihuanco, los cuales también están hechos a base de nuestra uva de bandera.
“Ahora creo yo que se va a detonar una industria de la mistela adicional a la del pisco, entonces la quebranta puede ser nuevamente un recurso valioso que podamos explotar los peruanos, porque sólo se produce en nuestro país. El gran ganador con esta selección es la quebranta y es el Perú”, finaliza Moquillaza.
A lo que añadiríamos y por supuesto Ica, cuna de la deliciosa uva quebranta.
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